Aunque parezca que no, es más fácil de lo que parece.
Pero hace falta algo un poquito más difícil.
Lo primero y más importante de todo: ser capaz de dejar la mente en calma.
No vacía o en blanco.
En silencio absoluto.
Una mente vacía es un espacio sin nada. Hueca.
Una mente en calma y en silencio es un espacio en el que las cosas están quietas; y si se mueven, se mecen. No lo hacen de forma errática y sin control. Se controla el movimiento.
¿Se ve la diferencia?
Bien.
Pues la mente tiene que estar en calma.
Que no vacía.
Sino controlada.
Lo segundo y más importante: aprender a reconocer el instante en el que «activas el pensamiento». Yo lo llamo «hacer el esfuerzo». Porque te das cuenta, cuando dejas entrar «pensamientos» que no son tuyos, de que pensar, en realidad, conlleva un esfuerzo.
En el momento en el que, a conciencia, calmas la mente y aprendes a reconocer cuándo y cómo activas el proceso de «pensamiento», ya lo tienes. ¡Yujuuuuu! aplausos
Dicho esto:
Para mí, la intuición es un aviso. Un chasquido que te da el futuro para que sepas cómo actuar en el presente. A cada uno le llega de una manera: una frase mental, un grito, imágenes, escalofríos, dolores de barriga, miedo, etc.
¿Cómo sueles recibir tú esos avisos? ¿Los recibes más a través del cuerpo o de la mente?
Yo tengo de los dos.
Si se siente de repente, lo suelo pillar primero con el cuerpo; pero como tengo la mente más entrenada, prefiero preguntar y ver qué respuesta llega.
Pensar, según yo, es una acción. Es un proceso activo. Lo hacemos a voluntad. Como mover un brazo o hablar. Pero estamos tan poquísimo entrenados y advertidos, que pensamos que ocurre solo.
Y no.
Tú activas tus pensamientos.
Y yo los míos.
Ahora: muchas veces nos pasan frases por la mente que no nos dejan tranquilos. ¿Te ha pasado alguna vez que te has puesto a pensar y pensar y cuando te has querido dar cuenta estabas usando palabras que no sueles usar, estructuras en frases que no suelen ser tuyas o pensando cosas poco agradables de cierta persona?
¿De estar en calma, crees que lo habrías pensado igual?
Probablemente, no.
Esto pasa porque nuestra mente también «nos piensa». No eres tú pensando. Simplemente, te abandonas a la mente. Y suele ocurrir cuando nos dejamos llevar y no la controlamos ni cortamos esa corriente de pensamientos.
¿Quieres comprobarlo con un ejemplo fácil?
Si te pregunto por el camino que sigues desde tu casa al súper, ¿cómo lo piensas?
¿A que estás 100% con el foco puesto en las palabras que usas y a las imágenes que van pasando por tu mente? Un poco más, y hueles las plantas del camino o esquivas la loseta levantada al cruzar la esquina.
Y así es como pensamos: concentrados y activos. Ponemos palabras tras palabras e imágenes tras imágenes.
Todo lo demás es nuestra mente pensándonos. Y cuidado con esto, porque es lo que nos quita energía o gran parte del motivo por el que, cuando tenemos problemas o preocupaciones, se nos funden las pilas enseguida.
Esto es divertido. Pero hay que tener cuidado porque, de nuevo, aunque parezca que no, es una responsabilidad.
Es una responsabilidad porque tienes que tener mucho temple interno, un criterio y, sobre todo, un discernimiento férreo.
El motivo es simple: no todo lo que se canaliza es bueno. Y no todo proviene de fuentes con buena intención o de seres de alta vibración. De verdad que no.
Y DESCONFÍA de todas las personas que dicen «Yo es que canalizo a __________» o «Mensaje canalizado de __________». Los puedes escuchar, claro que sí. Pero no los creas a pies juntillas, hazte ese favor.
Canalizar suena grandilocuente, ¿verdad? Pero no es más que dejar pasar información que no viene de ti.
Sin más.
Ni menos.
Impresiona. Pero meh. Es tan natural como respirar. De hecho, puedes canalizar a una planta, si quieres; o comprender energéticamente cómo está esa planta. Es lo mismo.
En serio.
Y toooooooodos, todos, TODOS podemos canalizar.
Venga: 1, 2, 3…
💥 ¡TODOS! 💥
✨ Sí, tú también. ✨
Y no es más difícil que controlar la mente. En absoluto.
Pero sí necesitas ese trabajo hecho y esa disciplina integrada. Si no eres capaz todavía de calmar la mente a voluntad, persiste y lo conseguirás.
Hasta que no lo hagas, te costará mucho diferenciar cuál es un pensamiento tuyo, cuál se pasea por ahí y cuál es canalizado.
Normalmente, un mensaje canalizado se siente en el cuerpo (es como la intuición pero sabes que no sale de ti). Viene en forma de palabras, sonidos, imágenes, olores, sensaciones e incluso de tus propios recuerdos. Funciona mucho por símbolos (you know, el lenguaje simbólico ;)) y por lenguaje personal (puede que se parezca a cuando te comunicas con espíritus o familiares fallecidos, aunque de esto no puedo hablar con cierta claridad todavía).
Cada vez será distinto.
Lo que yo uso como brújula es la sensación de «verdad» y «auténtico» que me deja. Como si solo existiese eso en el mundo.
En ese momento, claro.
Pero para cada uno será de una forma.
Tienes que encontrar la tuya. Y si ya lo haces y lo sabes distinguir, ¿te pasa parecido a mí o es algo totalmente distinto? 🤩
Una pregunta que me suelen hacer:
Si lo activas, pensamiento.
Si no puedes pararlo con facilidad, pensamiento.
Si es una sensación en el cuerpo, intuición.
Si lo escuchas, lo ves o lo sientes y no sale de ti, canalización.
¿Qué te ha parecido? Si tienes alguna duda o te gustaría comentarme algo, me lo puedes decir por Instagram a @tarotessa_. ¡Te leo! 💖
Un abrazo,